Doce hombres sin piedad




Llevo ya cerca de un mes queriendo hacer la reseña de esta película, que recomiendo muchísimo.

"Doce hombres sin piedad", que no sé si es muy conocida, la vi por primera vez cuando tenía unos 11 años. Y pese a que me ENCANTÓ no he vuelto a verla hasta hace un mes.

Lo bonito de esta película es que trata temas universales: los prejuicios y la presión de grupo. Imaginaos si es buena que me encantó pese a no tener casi acción y no haber ni una sola historia de amor en toda la película, algo que suele ser imprescindible para que me guste una película.

Este largmetraje te tiene enganchado desde el principio hasta el final (tranquilos, no es muy larga).
Trata simplemente de un juicio que transcurre en Estados Unidos (no me acuerdo de la ciudad, creo que es Chicago) sobre el asesinato de un padre a manos de su hijo adolescente que vienen de un barrio problemático, y doce hombres inocentes y que no tienen ninguna relación  con el acusado se reúnen en el día más caluroso del año para deliberar si el muchacho es culpable o inocente.
Este proceso es habitual en los juicios estadounidenses.

En una hora y media representa a generalidad de la humanidad: el crítico que no se deja llevar por lo que dice la masa y piensa, al que le da igual todo mientras no interrumpa su partido de béisbol, el que se obstina en sus ideas como a un clavo ardiendo aunque no se sustenten más que en prejuicios, el sabio que escucha la versión de todos y luego opina, el moderador que no tiene muy claras sus ideas pero que trata de apaciguar al grupo, y el resto que solo sigue a la persona que parece más convencida en su argumento.

¿Y a mí que me importa esta película? Pues precisamente la he traído al blog de DAI porque me he acordado muchísimo de los profesores al acabarla, ¿queréis saber por qué?
Porque al principio de la película, el único de los doce que se atreve a diferir de la opinión de los demás y a no dejarlo pasar y quedarse solo en lo superficial del caso es un arquitecto.

Esto me recordó a la charla que tuvimos con los profes, en la que Paco dijo que se nota que alguien es arquitecto porque es una forma de trabajar y de vivir. Pues bien, en este caso se distingue al arquitecto por ser el único que tiene SENTIDO CRÍTICO, algo que nos han inculcado por activa y por pasiva.

Así que si os decidís a ver esta película, espero que os guste tanto como a mí y os inspire para ir más allá de lo que dice la mayoría, a informarse antes de llegar a una conclusión tajante en lugar de dejarse llevar por prejuicios.

NOTA: 5/5

ALERTA DE SPOILER- Si no has leído o visto "Asesinato en el Orient Express", de Agatha Christie, más te vale ponerte a ello. La película de 2017 es fantástica.

Tras haber leído el libro "Asesinato en el Orient Express" muchos años después de ver esta película, me acordé de ella.
Y es que es increíble la simbología que esconde la trama: doce personas son culpables, como los doce hombres que conforman el tribunal de Estados Unidos, y todas se toman la justicia por su mano.
Además, tras deliberar Hércules Poirot, cambia su forma de ver al mundo, como en "Doce hombres sin piedad" muchos se quitan la venda de los prejuicios de los ojos.

La diferencia entre ambas historias es que en "Asesinato en el Orient Express", lo que cambia en la visión del detective es que en la vida no solo hay bien y mal sin término medio, sino que hay infinidad de matices entre medias y puede llegar a estar totalmente justificado matar a alguien por una buena causa.

En el caso de "Doce hombres sin piedad" lo que cambia es la visión sobre los adolescentes en los malos barrios, prejuicio que desgraciadamente sigue vigente y empuja a creer más culpable a quien viene de un barrio problemático antes que a alguien que venga de un barrio pijo.

El determinismo sigue vigente, e inconscientemente nos lleva a pensar que los hijos serán iguales que los padres y que las buenas personas se hacen con buena educación, en el seno de buenas familias y con un cierto nivel económico, no nacen.

En conclusión, este film nos lleva a no dar todo por sentado, a cuestionarnos la información que tenemos y a ponernos en el lugar del otro antes de juzgar

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