Una tarde muy completa



Tal y como os dije en esta entrada, por fin he encontrado tiempo para hacer el ejercicio. Este consiste en ir por un barrio que no conoces sin rumbo fijo (a la "deriva") e ir dibujando lo que te llama la atención o lo que sientes. Como esto último no sabía cómo representarlo, opté simplemente por lo primero.
El sábado pasado por la tarde fue cuando me animé a hacerlo (aunque fue por un error, yo fui a la academia de dibujo técnico pero estaba cerrada).Es curioso cómo un error puede llevarte a tomar otro camino desconocido que te puede cambiar completamente una tarde, así que decidí ir a visitar Malasaña.

La verdad es que eché en falta tener una cámara a mano para captar los colores de este barrio tan colorido de Madrid, pero me quedé sin batería en el móvil, así que simplemente los apunté en el dibujo.

Este ejercicio me ha estimulado porque me ha enseñado a mirar y que con un papel y un lápiz puedes captar lo que quieras, y que a diferencia de la cámara posee la magia de capturar un solo detalle a la vez, y superponer imágenes. Os muestro los dibujos que hice, aunque no sean de buena calidad y las fotos menos aún, a ver si algún día de estos las coloreo. Las describo de arriba a abajo y de izquierda a derecha (en caso de que haya varios dibujos en una misma página)

Este es el esquema del recorrido que hice: desde Tribunal fui por Fuencarral hasta la calle del Divino Pastor, donde giré hasta legar la Calle del Ruiz (lo cual fue muy curioso porque ese es mi primer apellido), giré  la izquierda hasta la Plaza del Dos de Mayo y de ahí subí a la Plaza de Santa Ana. Seguí hasta la Plaza de San Ildefonso, salí a Fuencarral de nuevo y de ahí a Sol para ir a ver el museo Thyssen con mi madre.

 En este dibujo reflejé el cartel de la calle Ruiz (ya sabéis por qué me llamó la atención) y  la calle del Divino Pastor, porque están construyendo un nuevo bloque de apartamentos de color naranja muy vivo con una contraventanas metálicas muy grandes que contrastaba con el amarillo a su lado y el rosa que había más allá (sé que la perspectiva es horrible)

 Este es un dibujo de unos balcones que me llamaron la atención;debajo la perspectiva de una calle que me habría encantado poder fotografiar donde quería mostrar cómo iluminaba el sol de la tarde el edificio (suena más poético de lo que realmente es), y otro de la Plaza del Dos de Mayo con las dos estatuas que la presiden.

 Dibujo de dos árboles y los puestos del mercadillo a sus pies

Dibujo de cinco collares que me gustaron de uno de los puestos, hechos con cerámica, plata y vidrio ( la web es www.lolamohe.com, por si queréis echar un vistazo), un cartel que me llamó la atención de un puesto que hace bolsos con papel trenzado, un neceser con los barrios más bohemios de distintas ciudades (Kreuzberg de Berlín, Le Marais de París, Camden de Londres, Malasaña de Madrid y Trastevere de Roma), el dibujo de un pez globo que había en el papel de pared de una tienda y un pájaro de vidrio que colgaba en el escaparate de la misma tienda.

Libros de uno de los puestos; debajo títulos que me llamaron la atención: "La sombra del viento" de Carlo Ruiz Zafón, "Paracuellos Katlyn" de César Vidal, "Orlando" de Virginia Wolf, "Paula" de Isabel Allende y "Grandes Esperanzas", de Charles Dickens.
Debajo dibujé unos objetos que vi en uno de los puestos que me recordaron a unos patines sobre hielo antiguos, pero en pequeño.


 Estos tres dibujos los hice mientras paseaba por el mercadillo que tenían organizado allí (está todos los viernes y sábados, os invito a ir)

 Edificio llamado "La Industrial", con fachada lisa con grandes huecos por el que se ve un gran cilindro de vidrio translúcido. Me llamó la atención el contraste entre la fachada tradicional y el interior moderno


 Calcomanía de la "NESA" que había en la fachada de un edificio en la Plaza de Santa Ana,  cartel de una cafetería llamada Ojalá en la misma plaza, cartela de Libros de una librería y su cartel publicitario de la entrada: "#Besaylee -Disfruta de tu lengua- Talleres de escritura".
Abajo a la derecha árbol artificial de la Plaza de las Cortes que vi de camino al museo Thyssen cuyas hjas eran LEDS.


Dibujo del "Ballet Triádrico" de Oskar Schlemmer.

En el museo Thyssen pensaba que había una exposición sobre moda (al final resultó que no) PERO había algo muuuucho mejor: una pequeña exposición sobre la Bauhaus que es GRATUITA y DEBERÍAIS VER, no tenéis excusa.

La exposición consta de un vídeo de 15 minutos y una pequeña sala de exposición con cuadros de algunos profesores destacados.
Me pareció una buena forma de ampliar mis conocimientos sobre la Bauhaus y lo que allí se hacía.

Aprendí que fue la primera "universidad" en admitir a mujeres entre sus estudiantes, aunque eran relegadas a los talleres textiles. Solo destacó una en el taller metalúrgico, Marianne Brandt.

La exposición es muy breve y el vídeo tiene mucho peso dentro de esta, pero habla de profesores de esta escuela tan importantes como Kandinsky y Oskar Schlemmer.
 Este último capturó mi atención porque daba gran importancia a los talleres de teatro, que aunaban música, danza y vestuario. Según él era parecido a la arquitectura, porque une varias artes y crea cosas de la nada.
En esto estoy de acuerdo con él, creo que se le da muy poca importancia al teatro cuando te obliga a diseñar escenarios con muy poco presupuesto (si es amateur, si es una gran función puedes jugar más) que sean útiles y sean mutifunionales y  ligeros ¿no es esto acaso lo que buscan la ingeniería y  la arquitectura? Además, buscan crear ESPACIOS (esto a mis profes de DAI les encantará).

Para finalizar la tarde bajamos por el paseo del Prado hasta Recoletos (muchísima gente, si os estresáis con facilidad no os lo recomiendo) para ver las luces (son preciosas en esta parte de Madrid) para acabar en un mercadillo enorme que montan todos los años con más de 200 puestos. Si no sabéis  aún qué regalar por Navidad, es una gran opción.

En conclusión, 

la deriva por Malasaña ha sido un experimento que me ha dejado con ganas de más por otras zonas de Madrid, me ha enseñado a llevar siempre el móvil cargado por si acaso y que el dibujo tiene una "magia" que la cámara no logra capturar (prueba de ello son mis horribles fotografías), que las tardes soleadas de otoño valen más que las veraniegas y que un cuaderno tamaño A5 en la mochila nunca está de más.
Pero también a mirar, a fijarse en detalles que merezca la pena capturar y relajarse disfrutando de tu propia ciudad.

Por último, decir que no me han pagado por la publicidad de los mercadillos ni de los puestos, pero soy muy fan de estos y no puedo evitar recomendarlos siempre que puedo.

¡Ah!, y que, aunque suene cursi y repetitivo, de vez en cuando hay que dejarse sorprender por la vida y dejar de pensar tanto, lo cual no vine mal a nadie.

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