Lina Bo Bardi 2.0
“La arquitectura es creada, "inventada de nuevo", por cada hombre que anda en ella, que recorre su espacio, subiendo las escaleras, o descansando sobre una barandilla, levantando la cabeza para oler, abrir o cerrar una puerta, sentarse o levantarse a tener un contacto íntimo y al mismo tiempo crear "formas" en el espacio; el ritual primitivo desde el cual surge la danza, la primera expresión de lo que sería el drama. Este contacto íntimo, ardiente, que una vez fue percibido por el hombre, está ahora en el olvido. Los lugares habituales y comunes hicieron al hombre olvidar la belleza de su "movimiento en el espacio", su movimiento consciente, de mínimos gestos, de menos actitud..." - Lina Bo Bardi
Ya se me está pegando algo del espíritu de DAI, porque pese a estar muerta por lo poco que he dormido hoy, he sacado fuerzas de la flaqueza para escribir con ilusión (Sí, has leído bien, ILUSIÓN) este post.
A raíz de la clase de hoy, con las ideas de Pierluigi, que son una pasada y me han encantado, me he acordado de dos cosas que siempre me devuelven la ilusión: "El Principito" (la imagen de la entrada se ha ganado mi corazón) y Lina Bo Bardi.
Ya os hablé de esta arquitecta en esta entrada, pero tengo un libro suyo que cogí de la biblioteca para hacer un trabajo y no he vuelto a tocarlo en un mes. Hoy, gracias a Pierluigi, he vuelto a leer un fragmento, y me ha animado y devuelto la ilusión.
Sé que os da igual, pero desde el martes estoy algo "plof" porque el profesor de proyectos me ha desmontado el proyecto del todo. Estoy tan estresada que he colapsado, y no sabía cómo rehacerlo, por dónde tirar, qué ideas de las que ya tenía aprovechar y cuáles no. Los profes de DAI dicen que nunca se vuelve a empezar de cero, y ahora me lo estoy replanteando.
Pero hace menos de una hora, me ha dado por leerme un artículo que escribió llamado "El proyecto arquitectónico", y me ha recordado a nuestro proyecto del Rastro.
"Al entrar por primera vez en la entonces abandonada Fábrica de Tambores de la Pompeia, en 1976 (...)lo que me fascinó fue la elegante y precursora estructura de concreto.(...)Este fue mi primer encuentro con aquella arquitectura que me hizo vivir tantas historias, y que se convirtiera en un trabajo apasionante fue una consecuencia natural.
La segunda vez que estuve allí, un sábado, el ambiente era distinto: ya no era aquella elegante y solitaria estructura hennebequiana, sino un público alegre de niños, madres, padres y ancianos que pasaba de un pabellón a otro. Había niños que corrían, jóvenes que jugaban al fútbol bajo la lluvia que caía de los techos fisurados, que reían cuando pateaban el balón entre los charcos. Las madres preparaban asados y sándwiches en la entrada de la calle Clélia, donde un pequeño teatro de guiñol daba funciones rodeado de niños. Todo esto debe seguir así-pensé-con toda esta alegría.
Volví muchas veces, los sábados y los domingos, hasta fijar en mi ente con claridad aquellas alegres escenas populares."
Este texto se refiere al proyecto CESC Pomeia, una conjunto de "edificios" en Sao Paulo, que me han recordado un montón a las naves de Matadero de Madrid.
Usa los galones de la antigua fábrica como muro divisores de las mesas de la cafetería.
Espero que este proyecto os haya inspirado, es un gran ejemplo de lo que decía Lisa el otro día de compartir funciones, en este caso hay cinco volúmenes a ras de suelo y uno de los bloques de hormigón tiene 5 pisos en los que se distribuyen los espacios y las funciones.
Las funciones que contiene pueden variar a lo largo del tiempo, es flexible, pero no dejará de acoger a todas las gentes de la zona.
Si queréis saber más sobre este proyecto, buscadlo aquí
Gracias a este proyecto me he animado y he visto la luz al final del túnel, me ha dado energías tanto para DAI como para Proyectos.
Gracias por leer,
Alba
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