Nuevo descubrimiento

La semana pasada descubrí gracias a Proyectos a una gran arquitecta: Lina Bo Bardi.


En Proyectos nos pidieron recabar información sobre un arquitecto y una vivienda concretos, y a mí me tocó la Casa de Vidrio de Lina Bo Bardi.
No tenía ni idea de la existencia de esta arquitecta, así que fui a la biblioteca de la Escuela para buscar información.
Leyendo sobre ella descubrí que fue una arquitecta italo-brasileña de mediados del siglo XX que nació en Roma. Tras completar la carrera de Arquitectura se fue a Milán, donde conoció a su marida Pietro Maria Bardi, crítico e historiador afiliado al partido de Mussolini.
En 1946 , tras la Segunda Guerra Mundial, se mudaron a Brasil, donde residieron el resto de sus vidas.
Entre sus obras más destacadas están el Museo de Arte de Sao Paulo y el CESC de Pompéia.
También fue diseñadora industrial y escenógrafa.
Mueso de Arte de Sao Paulo
                                     
     Pero lo que más me impresionó fueron sus escritos. Lina escribió e ilustró muchas revistas, tanto en Italia como en Sao Paulo.
Libro Lina BoBardi por escrito, Silvana Rubio y Marina Grinover, Alias México, 2014, 241 páginas.

Hacía críticas arquitectónicas y sociales, y me encantó su concepto de la arquitectura:
 entendía la arquitectura como un medio de combatir la injusticia social, no como una obra de arte. Criticaba el racionalismo, la frialdad con la que los arquitectos diseñaban obras bellas pero no habitables,  sin tener en cuenta algo tan fundamental comol a utilitas de Vitruvio. La arquitectura está hecha para vivirla y experimentarla. Para esta arquitecta era muy importante la arquitectura interior y el aprovechamiento máximo del espacio, tanto que escribió varios artículos enseñando a la gente cómo hacerlo.

Acceso a la Casa de Vidrio

Interior de la Casa de Vidrio

Fachada principal de la Casa de Vidrio

Es muy interesante porque habla de temas como la decadencia de la cultura (si viese hasta dónde hemos llegado...) y la importancia de los MUSEOS:
"¿Qué es el museo? Por lo común, cuando queremos referirnos a un persona, una cosa o una idea anticuada, decimos que 'es una pieza de museo'. Con estas palabras se indica el lugar que ocupa el museo en el marco de la cultura contemporánea(...) El museo contemporáneo tiene que ser un museo  didáctico, tiene que sumar, a la conservación, la capacidad de transmitir el mensaje de que las obras deben ponerse en evidencia con fines didácticos(...) De hecho, ¿qué significación tiene una pieza aislada, una obra de arte, aunque se exponga con la más perfecta técnica museográfica, si esa obra es un 'fin en sí misma', aislada en el tiempo, sin ningún vínculo con el presente y sin continuidad histórica?(...) Los jóvenes mirarán superficialmente los objetos, sin poder comprender su significación(...) ¿Y cuáles serán los instrumentos didácticos? Evidentemente, comentarios escritos, breves y sumarios, acompañados de fotografías"
Lina Bo Bardi, "Casas o museus", en "Crônicas de arte, de história, de costume, de cultura da vida. Arquitetura. Pintura. Escultura. Música. Artes Visuais", página dominical del Diário de Notícias, 1958 


"Un telegrama lacónico hizo el conocimiento del público que, el domingo pasado, el Convento del Carmen de Río de Janeiro fue destruido por el fuego, incluida su preciosa biblioteca de 10 mil volúmenes(...) ¿Por qué la prensa no se ocupa con más asiduidad de los problemas de la arquitectura, del arte, de todas las artes?(...)Si los detalles técnicos, plantas y cortes de un proyecto arquitectónico se divulgaran en un tiempo útil podrían surgir discusiones y polémicas constructivas y sería posible evitar muchos daños. Podría objetarse que el público no tiene conciencia crítica ni capacidad de juicio, pero para que esa conciencia exista es necesario crearla y alimentarla"
Lina Bo Bardi, "Inatualidade da cultura" en "Crônicas de arte, de história, de costume, de cultura da vida. Arquitetura. Pintura. Escultura. Música. Artes Visuais", página dominical del Diário de Notícias, 1958

Es una arquitecta muy poco conocida e infravalorada, que siguió el movimiento moderno dotándolo de apariencia humana, y al contrario que sus contemporáneos, buscando soluciones en la arquitectura vernácula y en el pasado:
"¿Qué camino debe elegir un joven que va a titularse dentro de un año o dos para comenzar su carrera al servicio de la sociedad (pues la arquitectura, quiérase o no, es fundamentalmente un arte colectivo y sociopolítico)?
Mi respuesta tiene que ver con todo lo que he dicho hasta ahora: es necesario librarse de la "ataduras", no deshacerse del pasado y de toda su historia; lo que hay que hacer es considerar el pasado como un presente histórico. El pasado visto como presente histórico sigue vivo: es un presente que que ayuda a evitar las muchas trampas."
Lina Bo Bardi, "Uma aula de arquitetura". Revista Projeto, núm 133, Sao Paulo, 1990, págs. 103-108


Además, es un arquitecta que no dibuja alucinantemente bien, pero sus dibujos son preciosos en su simplicidad y colorido. Me siento identificada porque son unos dibujos que puedo llegar a igualar.





Esta arquitecta me ha recordado que la Arquitectura no es, como decía Le Corbusier, "el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes reunidos bajo la luz" o un simple "l'art pour l'art", sino que va más allá para entrar en el mundo de la percepción, las sensaciones. Habla del HOGAR.
En un fragmento del libro explica cómo cambió el concepto de "casa " tras la Segunda Guerra Mundial:
"La casa del Hombre se desmoronó, en Italia (...) La casa era, así, ligeramente 'decadente', como dijo un arquitecto à la page, pero combinaba bien, tenía estilo(...) Es cierto: había cambiado mucho desde los tiempos de los abuelos, cada quien había querido darle 'su' toque, pero siempre fue 'nuestra casa' y no nos atrevíamos a admitir que podía desaparecer así. (...) Así es, no pensábamos que las casas fueran tan frágiles, tan sutiles, tan 'humanas', ni que pudieran morir de esa manera. Y entonces, en aquellos momentos de pesadilla, nos dimos cuenta de que las casas empezaban a desmoronarse, nos dimos cuenta de que 'eran humanas', de que eran el 'espejo' del hombre, de que eran 'el hombre'. Y también sentimos que era nuestra culpa que murieran: las habíamos erigido para que fueran el espejo de nuestro orgullo más falso(...) Entonces, mientras las bombas demolían sin piedad la obra del hombre, comprendimos que la casa debe existir para la 'vida' del hombre, debe servir, debe consolar; no exponer(...)y, por primera vez, los hombres deben reconstruir las casas(...)y, por primera vez, "el hombre piensa en el Hombre"(...)La guerra destruyó los mitos de los 'monumentos'; en la casa tampoco deben seguir existiendo los muebles-monumento, los muebles deben 'servir'(...) En Europa se reconstruye, y las casas son sencillas, claras, modestas."
Lina Bo Bardi, "Na Europa a casa do homem ruiu", en Rio, 1947.

Nunca me había planteado lo que supuso la Segunda Guerra Mundial para la casa, cómo influyó.

En conclusión, Lina Bo Bardi fue una gran arquitecta que nunca renunciaba al pasado y tenía un pie en el futuro. Recomiendo altamente la lectura del libro "Lina Bo Bardi por escrito" porque sus reflexiones no tienen desperdicio, son profundas y atemporales, hacen pensar al lector






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