¡AY, DIOS MÍO, TODO ESTÁ PERDIDO!

Esta frase tan apocalíptica fue dicha el viernes uno de mis profesores.
He decidido ponerla aquí porque así lo sentí yo. Nos habían mandado colocar todas las cartografías que habíamos hecho del Rastro  en unos paneles de 100x70 cm.

El problema es que no tenemos ni idea de diseño gráfico, nos pilló el toro y entregamos un trabajo que no estaba cohesionado ni debidamente presentado (hablo de mi grupo en particular)

Lo que me molestó fue que nos dijesen que éramos el grupo que peor había entregado los paneles en el tiempo que llevan dando clase. Me molestó porque odio las comparaciones, sobretodo si son para mal. No solucionan nada (solo sirven para recalcar algo obvio, que todos somos diferentes, o no aportan ninguna información) y me dejan con mal sabor de boca, como si fuese insuficiente para esta asignatura, como si tuviese que "competir" contra personas que no conozco y llegar a sus estándares. Desde luego en mi caso si querían conseguir mayor compromiso con la asignatura, no sé si lo han conseguido.

Creo que cada grupo es diferente, y si la dinámica de lanzarnos al vacío sin decirnos nada ni enseñarnos referencias (NO cómo hacerlo,  simplemente REFERENCIAS)  ANTES de hacer el ejercicio no funciona a lo mejor es hora de cambiar de táctica. No todos los alumnos son iguales, los tiempos cambian y la gente también.

Es inútil compararnos con otros grupos anteriores, ya no tiene remedio; cada generación tiene sus medios y sus circunstancias y que seamos diferentes no quiere decir que seamos peores. Somos mejores en algunas cosas en las que generaciones anteriores no son tan diestras.

 A lo mejor nos cuesta pillar más el ritmo que otros años.
 A lo mejor hay que enseñarnos referencias ANTES de hacer el ejercicio para obtener mejores resultados.
 A lo mejor necesitamos un empujón.
Pero a lo mejor tras ese esfuerzo está el grupo con los mejores resultados que han tenido en su vida, o desde el principio habríamos dado lo mejor de nosotros mismos con otro enfoque distinto.

Incluso los métodos de enseñanza más vanguardistas pueden quedarse obsoletos si no se adaptan a los tiempos.
 Quizás haya que cambiarlo de un año para otro.
Hablo desde la más absoluta ignorancia puesto que no sé cuánto ha cambiado el  método de enseñanza del año pasado o de hace dos años a este curso.
Lo que tengo claro es que esto es un quid pro Quo, y que igual que los alumnos nos adaptamos a los profesores los profesores se adaptan a los alumnos.

Con esta entrada no pretendo cuestionar la capacidad de ensañanza ni la autoridad de los profesores, solo dar mi opinión.

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